viernes, 31 de diciembre de 2010

Juan-Eduardo Cirlot - El libro de Cartago






Oh, Baal. ¿Quién soy yo? Soy un barquero que ha llegado de otra edad; que ha regresado de otras islas, que ha navegado sin creer en la realidad de la aniquilación de las costas patriarcales. He visto las puertas arruinadas, llenas de topacios; he visto los palacios calcinados y en mis ojos sus muertes sonreían como yo te sonrío a ti.

Juan-Eduardo Cirlot, El libro de Cartago, Igitur, 1998

domingo, 26 de diciembre de 2010

sábado, 25 de diciembre de 2010

Félix Francisco Casanova - Siempre supe que estoy condenado






Siempre supe que estoy condenado al infierno
irremisiblemente. Por ejemplo, cuando cruzo las
calles con medigos en cada esquina, les lanzo mis
monedas... Pero éstas vuelven a mí sin tocar sus
manos.

Félix Francisco Casanova, Cuarenta contra el agua, Demipage, 2010

domingo, 19 de diciembre de 2010

José María Álvarez - El impresor que vivía en la llamada Cuesta del Maestro Francés






Hecho de carnemomia

–Miguel de Cervantes–

Ahora ha enfocado su atención en las arañas y ha cazado varios ejemplares bastante grandes que ha encerrado en una caja. Las alimenta con moscas y el número de éstas está disminuyendo sensiblemente

–Abraham Stoker–

Me ha molestado usted, y, por desgracia, soy tan nervioso que necesito mucho tiempo para volver a orientarme

–Franz Kafka–

Dedicado
a
Ferdinand Joseph la Menthe


Conocido por toda Cartagena,
el impresor Matías bajaba diariamente
su calle, saludando,
abrochándose a veces la bragueta,
hasta el viejo café donde tomaba
su escueto desayuno con anís.
El impresor Matías trabajaba
solo. Su buen hijo
en un principio hijo con guardapolvos,
ya no viene al taller, casóse, vive
en Barcelona, y nunca escribe.
El impresor Matías ha olvidado
toda la historia. Bebe, paga
su copa. Y después marcha
como el rey de los cuentos, al trabajo,
derecho y muy peinado, quiero decir
con fijador sus cuatro pelos.
Hemos de remontarnos al Cantón.

José María Álvarez, Museo de Cera, Visor, 1993

sábado, 18 de diciembre de 2010

Julio Martínez Mesanza - Nunca he visto gozosa a la discordia






Nunca he visto gozosa a la discordia.
No conozco el olor que tiene el campo
después de la batalla. Nunca he visto
caballos sin jinete entre las picas
vagar y entre los muertos. No conozco
la voluntad de ser invulnerable
ni el estupor que nace con la herida.

Julio Martínez Mesanza, de Europa, Renacimiento, 1986

sábado, 11 de diciembre de 2010

Tomas Tranströmer - De marzo del 79






CANSADO de todos los que llegan con palabras. palabras,
pero no lenguaje,
parto hacia la isla cubierta de nieve.
Lo salvaje no tiene palabras.
¡Las páginas no escritas se ensanchan en todas direcciones!
Me encuentro con huellas de pezuñas de corzo en la nieve.
Lenguaje, pero no palabras.

Tomas Tranströmer, de La plaza salvaje, El cielo a medio hacer, trad. Roberto Mascaró, Nórdica Libros, 2010

lunes, 6 de diciembre de 2010

Sueño de Polífilo







Si deseas, lector, conocer brevemente lo que se contiene en esta obra, sabe que Polífilo cuenta en ella que vio en sueños cosas admirables y que la llama, con vocablo griego, lucha de amor en sueños. En ella finge que ha visto muchas cosas propias de la Antigüedad y dignas de memoria. Y describe punto por punto, con palabras apropiadas y estilo elegante, todo lo que dice haber visto: pirámides, obeliscos, enormes ruinas de edificios, las distintas clases de columnas, su medida, los capitales, basas, epístilos o arquitrabes rectos, arquitrabes curvos, zóforos o frisos y cornisas con sus ornamentos. Un gran caballo, un elefante tremendo, un coloso, una puerta magnífica con sus medidas y sus ornamentos, un espanto, los cinco sentidos en cinco ninfas, un baño egregio, fuentes, el palacio de la reina que es el libre albedrío, un banquete regio y superexcelente; la diversidad de joyas o piedras preciosas y su naturaleza; un juego de ajedrez a modo de baile con tres medidas de sonido. Tres jardines: uno de vidrio, uno de seda, uno en forma de laberinto, que es la vida humana. Un peristilo de ladrillo, en cuyo centro estaba representada la Trinidad en figuras jeroglíficas, es decir, sagrados relieves egipcios. Las tres puertas y en cuál de ellas se quedó, y cómo estaba vestida Polia y cuál era su talante. (...)

Francesco Colonna, Sueño de Polífilo, ed. Pilar Pedraza, Barcelona, Acantilado, 2008

sábado, 4 de diciembre de 2010

Omar Pimienta - Insomnio






Pago todos esos días de pañales
despertar para comer
volver al sueño en aquellos brazos tibios

Las burguesas tardes con siesta al sol calentándome
el viento a la ventana las ganas perdidas
los remiendos del tedio

Pago todas aquellas noches en que me quedé dormido a tu costado
sobre tu vientre sin esperarte

en esta vigilia de cobijas abrasivas
caminatas tartamudeos de ojos
pago todos los velorios de los que me fui temprano

Omar Pimienta, de Naufragio en Altanoche, en www.omarpimienta.com

sábado, 27 de noviembre de 2010

Lu Ji - Wen fu - Prosopoema del arte de la escritura







I. DISPOSICIONES PREVIAS

Ponte de pie en el único centro, y contempla
la secreta oscuridad. Nutre tu corazón,
tu voluntad, con las grandes obras del pasado.

Sigue el fluir de las estaciones y suspira
por la prisa del tiempo. Celebra las cosas
del mundo, y penetra en su variedad, en
su profusión.

Laméntate de la caída de las hojas en
el profundo otoño. Alégrate del renacer
de las ramas tiernas en la fragante
primavera.

Y temblará solemne tu corazón como
si tuvieras escarcha en el pecho. Y tu anhelo
se perderá en la lejanía como si
horadara las nubes.

Alaba la herencia esplendorosa: el legado
de virtud de tus predecesores. Evoca
el suave y cierto aroma del pasado.

Piérdete en la literatura, en su bosque
y su tesoro. Admira las frases más bellas
y su engranaje perfecto.

Y una vez conmovido, turbado, aparta
los libros, y empuja tu instrumento: la
pluma, el pincel. Conviértete entonces,
a ti mismo, y por fin, en palabras.

Lu Ji, Wen fu (Prosopoema del arte de la escritura), ed. Pilar González España, Cátedra

Antonella Anedda - ¿El miedo nos hace más fuertes?






Somos mortales mortalmente asustados
temblamos como zorros y perros
convirtiéndonos en la jauría de nosotros mismos.
Basta un sueño inoportuno
y la luz erosiona donde no hay refugio.
Nos desbandamos entre los objetos esperando que sean reales.
Cerramos los ojos con fuerza tratando de dormir en pleno día
diciendo: aquí, y pensando allá
ofreciendo sacrificios mientras movemos muebles
y cortamos con las tijeras los geranios.
De noche estiramos las mesas para los invitados
y desde la madera comenzamos a marchitarnos.
Colocamos con cuidado las servilletas y del lino se elevan demonios.
Girando la cabeza aquí, pensamos: allá
como de verdad sucede a cada persecución
Abrimos ventanas con la excusa del humo. El viento huele a basura
pero es una tregua. El mismo viento en su belleza es una ruina.
La sabiduría nos confunde como la cera.
Nos cuesta respirar
Permanecemos inmóviles
la sangre estalla entre la nuca y la espalda
nos volvemos serpientes
nos limpiamos entrelazándonos.


Traducción: Beatriz Castellary y Maria Grazia Calandrone



La paura ci rende più forti?


Siamo mortali mortalmente spaventati
tremiamo come volpi e cani
diventando la muta di noi stessi.
Basta un sogno sbagliato
e la luce rode dove non c’e’ riparo.
Sbandiamo tra gli oggetti sperando siano veri.
Stringiamo gli occhi provando a dormire in pieno giorno
dicendo: qui, e pensando là
offrendo sacrifici mentre spostiamo mobili
e tronchiamo con le forbici i gerani.
La sera allunghiamo i tavoli per gli ospiti
e dal legno cominciamo ad appassire.
Posiamo con cura i tovaglioli e dal lino si sollevano demoni.
Voltando la testa qui, pensiamo: là
come succede davvero a ogni inseguito.
Spalanchiamo finestre con la scusa del fumo. Il vento sa d’immondizia
ma è una tregua. Lo stesso vento nella bellezza è una rovina.
La saggezza ci confonde come cera.
Stentiamo a respirare.
Restiamo immobili
il sangue scatta tra la nuca e la schiena
torniamo serpi
ci puliamo intrecciandoci.

Antonella Anedda, en http://www.bibliotecaignoria.blogspot.com/

sábado, 20 de noviembre de 2010

El diccionario del Diablo - Ambrose Bierce







IDIOTA, adj. U.T.c.s. Personaje que penetra en el dominio de la especulación intelectual y se difunde por los canales de la actividad moral. Es omnífero, omnímodo, omnipotente, omnisciente. Es el que inventó el alfabeto, la imprenta, el ferrocarril, el vapor, el teléfono, y toda la extensión y círculo de las ciencias. Creó el patriotismo y enseñó a las naciones a hacer la guerra; es el fundador de la teología, la filosofía, la ley, la medicina y Chicago. Estableció los gobiernos republicanos y monárquicos. Vive de eternidad en eternidad, y todo lo que la creación abarcó es ahora el territorio de sus idioteces. Cantó sobre las colinas primitivas en la alborada de los tiempos, y en el mediodía de la existencia encabezó la procesión de los seres. Su mano de abuela está cálidamente abrigada en el crepúsculo de la civilización, y en la penumbra prepara la comida nocturna del hombre, la moralina-con-leche, y le tiende la cama del sepulcro universal. Y cuando todos los demás se hayan retirado para pasar la noche del olvido eterno, él todavía seguirá despierto, escribiendo la historia de la civilización humana.


Ambrose Bierce, El diccionario del diablo, trad. Eduardo Stilman, Valdemar

domingo, 14 de noviembre de 2010

Luis García Berlanga - El verdugo



Luis García Berlanga, El verdugo(1963)

Harry Martinson - El juego






Cuando quieras creer que
navegas fácilmente contra la corriente,
sube corriendo al puente una noche de luna.

El puente de piedra zarpa inmediatamente contra la vieja corriente de plata.
Nunca tienes tiempo de llegar, pero en la vida mucho
tiene que ser juego para poder vivir.

Harry Martinson, de Passad, Poesía nórdica, Antología de Francisco J. Uriz, Ediciones de la Torre

domingo, 7 de noviembre de 2010

sábado, 6 de noviembre de 2010

Félix de Azúa - Autobiografía sin vida






Lo que es indudable es que en algún momento los humanos necesitaron (¿necesitamos?, ¿seguimos siendo humanos como ellos o hemos dejado ya atrás aquella tan particularmente frágil condición?), y por lo tanto produjeron imágenes. ¿Por qué en aquel momento y no diez mil años antes? ¿Con qué finalidad? Ninguna hipótesis hasta ahora resiste el análisis. Sólo podemos aventurar que que las imágenes nacieron (y nacieron perfectas) cuando los humanos sintieron la irresistible necesidad de ver hacia fuera, de manera que se convirtieron en "el punto de vista", el lugar orográfico desde donde "se ve". Creo inseparable la súbita presencia de imágenes y la distinción entre "lo de dentro" y "lo de fuera". De un solo golpe, los humanos se separaron del mundo e hicieron del mundo un espectáculo que ellos contemplaban desde la butaca de sus ojos. Nuestros abuelos decidieron ser el ojo del cosmos y la visión quedó para siempre separada de todo cuanto podamos ver.

Félix de Azúa, de Autobiografía sin vida, Mondadori, 2010

domingo, 31 de octubre de 2010

Ricardo Menéndez Salmón - La luz es más antigua que el amor







(...) Un cuadro totalmente negro que lo devoró la mañana del 25 de febrero de 1970 en su estudio de Nueva York, exactamente 51 semanas antes de que yo, el autor de La luz es más antigua que el amor, naciera al otro lado del Atlántico, en una ciudad junto al mar que arrastra la dudosa fama de no haber sido nunca novelada con genio.
Poco antes de morir, proféticamente escribió:

"Mi capacidad de mirar es tal que mis ojos terminarán por consumirse. Y este desgaste de las pupilas será la enfermedad que me llevará a morir. Una noche miraré tan fijamente en la oscuridad que terminaré dentro de ella."

Palabra de Rothko.

Ricardo Menéndez Salmón, La luz es más antigua que el amor, Seix Barral

sábado, 30 de octubre de 2010

Antonio Medinilla - Ciento y tres







Todos fuimos humanos
En la matanza-
Duendes y arqueros-
Escuderos y príncipes-
Pajes de la enmienda-
Cuál entonces
La Caída
Que demuele El Paisaje-
ORBIS DE IGNIS-
Nadie te acompaña-

Antonio Medinilla, Medievo, Adamar

sábado, 23 de octubre de 2010

Jordi Savall - Hespèrion XXI



Pavana y gallarda

Heinrich von Kleist - La Marquesa de O







Antes creería -respondió la Marquesa- que los sepulcros se pueden fecundar y que del vientre de los cadáveres se puede nacer.

-Pues entonces, mujer -dijo la esposa del Coronel, estrechándola entre sus brazos-, ¿qué te preocupa? Si tu conciencia está limpia de toda culpa, ¿por qué te va a inquietar un diagnóstico, aunque fuera de toda una camarilla de médicos? ¿No te da igual que sea por un error o por malicia? Pero lo que sí conviene es decírselo al padre.

Heinrich von Kleist, de La Marquesa de O y otros cuentos, Valdemar

domingo, 17 de octubre de 2010

Antonio Cabrera - Cosas que pensé en un barranco de Espadán







Lo remoto me engaña, lo no visto se esfuma.
Me huyen el detrás y el más allá.

¿Por donde nunca paso
acontecen el hierro y el vapor de las cosas?

Yo, que me atengo a una fracción no súbita
del mundo, intento concebir un sitio
donde obre el mundo
según su vocación cumplida, bien colmado:
que yo no vea al sol bruñir la adelfa
y que la adelfa, sin embargo, brille;
que flote el mediodía y llegue a culminar,
aun cuando en su interior no pesen
ni mi esqueleto ni mi anhelo.

Pienso en las sendas que no tomo,
mientras se funde otro minuto.

Libres de mi constatación,
entre la luz concreta
se quedarán, un día, toda flor
con su color violento,
cuanto busca crecer
y cuanto mengua, todo
lo que se abisma en su alma terrenal.

Los lugares sin mí son el raro anticipo.

Antonio Cabrera, de Piedras al agua, Tusquets

jueves, 7 de octubre de 2010

Bright Star - Jane Campion



Jane Campion, Bright Star (2009)

Wallace Stevens - Un día despejado y nada de recuerdos







Nada de soldados en el paisaje,
nada de pensamientos de personas ahora muertas,
tal como estaban cincuenta años atrás:
jóvenes y viviendo en aire vivo,
jóvenes y andando a la luz del sol,
volviéndose, con vestidos azules, para tocar alguna cosa,
hoy la mente no es parte del tiempo que hace.

Hoy está el aire despejado de toda cosa.
No conoce ninguna cosa salvo la nada
y corre sin significados sobre nosotros,
como si entre nosotros ninguno hubiese estado nunca aquí
ni estuviera ahora tampoco: en este superficial espectáculo,
esta invisible actividad, este sentido.


No soldiers in the scenery,
No thoughts of people now dead,
As they were fifty years ago,
Young and living in a live air,
Young and walking in the sunshine,
Bending in blue dresses to touch something,
Today the mind is not part of the weather.

Today the air is clear of everything.
It has no knowledge except of nothingness
And it flows over us without meanings,
As if none of us had ever been here before
And are not now: in this shallow spectacle,
This invisible activity, this sense.

Wallace Stevens, Poemas tardíos, versión de Daniel Aguirre, Lumen

domingo, 3 de octubre de 2010

sábado, 2 de octubre de 2010

Plutarco - Vidas paralelas







Iba avanzando en dirección a Babilonia, cuando Nearco, que había llegado en su segundo viaje hasta el Éufrates navegando desde el gran mar, dijo que se había encontrado con unos caldeos que aconsejaban a Alejandro mantenerse lejos de Babilonia. Él no hizo caso y siguió su marcha. Cuando estaba cerca de las murallas, he aquí que ve muchos cuervos que disputaban y se golpeaban entre sí, algunos de los cuales cayeron a su lado. Recibió luego una denuncia contra Apolodoro, general de Babilonia, en el sentido de que había hecho un sacrificio para conocer el futuro de Alejandro, y llamó al adivino Pitágoras. Éste no negó el hecho y, al preguntarle Alejandro sobre el estado de las víctimas, él dijo que el hígado estaba sin lóbulos. "¡Ay, grave es ese presagio!", exclamó Alejandro. Y no le hizo ningún mal a Pitágoras, pero le pesó no haber hecho caso a Nearco y, por eso, consumió la mayor parte del tiempo acampado fuera de Babilonia y navegando por el Éufrates. Muchos eran los presagios que le inquietaban: al león más grande y hermoso que criaba lo agredió un asno doméstico y lo mató de una coz. (...)

Plutarco, Vidas paralelas. Alejandro. Edic. Emilio Crespo, Cátedra

sábado, 25 de septiembre de 2010

Jorge Riechmann - Antes hay una larga incertidumbre







Considero que el aprendizaje más difícil, con diferencia, es el de nuestra posición respecto al enigma, nuestro trato con él.

Un enigma no es lo mismo que un secreto: no lo retraemos de ninguna terraza, existe por sí mismo. No lo hacemos nuestro, no lo compartimos, ni querríamos concederle el violento estatuto de una interpretación.

Emplazado en el centro de cualquier saber, el enigma vehicula su impulso en un movimiento espiral. Como el buceador en la laberíntica caverna submarina, hay que evitar rozar las paredes o el fondo: el finísimo fango apagaría fatalmente el resplandor de la linterna.

Con extrema discreción, el enigma dice solamente: yo estoy aquí. Deja exento en derredor suyo el espacio del acontecer, sin ningún tipo de expectativa ni de espera, constituye para mí el aprendizaje más difícil.

Jorge Riechmann, de Desandar lo andado (1933-1996), en Antología poética. El aprendizaje de lo inesperado.
www.cervantesvitual.com




martes, 21 de septiembre de 2010

Galo moribundo


Galo moribundo (230-200 a.C.), Museo Capitolino, Roma.

John Keats - Oda sobre una urna griega (V)







¡Oh, ática figura! Noble actitud con hombres
y doncellas de mármol como adorno esculpidos,
con ramas de los bosques y maleza pisada;
tú, forma silenciosa que a la razón hostigas,
como la eternidad. ¡Pastoral impasible!
Cuando la edad a nuestra generación consuma,
pervivirás en medio de la angustia de otros,
amiga de los hombres, a quienes siempre dices:
"La belleza es verdad, la verdad es belleza
- no hace falta saber más que esto en la tierra."


O Attic shape! Fair attitude! with brede
Of marble men and maidens overwrought,
With forest branches and the trodden weed;
Thou, silent form, dost tease us out of thought
As doth eternity: Cold Pastoral!
When old age shall this generation waste,
Thou shalt remain, in midst of other woe
Than ours, a friend to man, to whom thou say'st,
'Beauty is truth, truth beauty, -that is all
Ye know on earth, and all ye need to know.'


John Keats, en Odas y sonetos, trad. Alejandro Valero, Hiperión

domingo, 12 de septiembre de 2010

The man who laughs (1928)



Paul Leni, El hombre que ríe (1928)

Wole Soyinka - Me unjo la carne (Décido día de ayuno)






Me unjo la carne
sagrado es el pensamiento en el enjuto
aceite de la soledad
os convoco, a todos, a
los bancales de luz. Que se retiren
las sombras

Me unjo la voz
y en lo sucesivo dejo que suene
o se disuelva en su transcurrir solitario
por tu vacío. Nuevas voces
despertarán los ecos cuando
el mal se vuelva a alzar

Me unjo el corazón
y en su llama arrojo
las cenizas agotadas de tu odio:
que muera el mal.


I ANOINT MY FLESH
(Tenth Day of Fast)

I anoint my flesh
Thought is hallowed in the lean
Oil of solitude
I call you forth, all, upon
Terraces of light. Let he dark
Withdraw

I anoint my voice
And let it sound hereafter
Or dissolve upon its lonely passage
In your void. Voices new
Shall rouse the echoes when
Evil shall again arise

I anoint my heart
Within its flame I lay
Spent ashes of your hate -
Let evil die.

Wole Soyinka, Lanzadera en una cripta, trad. Luis Ingelmo, Bartleby Editores

domingo, 5 de septiembre de 2010

Robin y Marian



Richard Lester, Robin y Marian (1976)

Yehudá Ha-Leví






Despierta, amor mío, de tu duermevela,
me he de saciar de tu rostro al despertar,
si ves al que besa tus labios
soy yo, que adivino tus sueños.


Yehudá Ha-Leví, Nueva antología poética, trad. Rosa Castillo, Hiperión

domingo, 29 de agosto de 2010

Antonin Artaud






Conmigo dios-el-perro, y su lengua
que como una flecha horada la corteza
del doble casquete abovedado
de la tierra que la disloca.

He aquí el triángulo de agua
que avanza a paso de chinche,
y que bajo el chinche ardiente
se vuelve como una cuchillada.

Bajo los senos de la tierra horrorosa
dios-la-perra se ha retirado,
de los senos de la tierra y de agua helada
que pudren su lengua hueca.

He aquí la virgen-del-martillo,
para triturar las cuevas de la tierra
donde el cráneo del perro estelar
siente subir el horrible nivel.


Antonin Artaud, El pesa-nervios, versión de Marcos R. Barnatán, Visor

sábado, 21 de agosto de 2010

Yves Bonnefoy - ¡Que este mundo permanezca!







VIII


Y aún más: el verano
Sólo tendrá una hora
Pero que la nuestra sea vasta
Como el río.

Pues es en el deseo
Y no en el tiempo
Donde es potente el olvido
Donde la muerte trabaja.

Y mira, mi seno está desnudo
En la luz
Cuyas pinturas sombrías, indescifrables,
Pasan veloces.



Et encore: l'été
N'aura qu'une heure
Mais la nôtre soit vaste
Comme le fleuve.

Car c'est dans le désir
Et non le temps
Qu'a puissance l'oubli
Et que mort travaille,

Et vois, mon sein est nu
Dans la lumière
Dont les peintures sombres, indéchiffrées,
Passent rapides.


Yves Bonnefoy, Tarea de esperanza. Antología poética, trad. Arturo Carrera, Pre-Textos

domingo, 15 de agosto de 2010

André du Bouchet - Meteoro







La ausencia que me sirve de aliento vuelve a caer sobre los
papeles como nieve. La noche aparece. Escribo lo más lejos
posible de mí.



L'absence qui me tient lieu de souffle recommence à tomber sur les
papiers comme de la neige. La nuit apparaît. J'écris aussi loin que
possible de moi.


André du Bochet, Araire, versión de Jorge Esquinca, Editorial Aldus

sábado, 14 de agosto de 2010

Catulo






Lesbia me maldice en presencia de su marido:
esto produce al idiota un gran placer.
Burro, ¿no te das cuenta? Si, olvidada de mí, callara,
estaría curada: el que ahora gruña y hable indica
no sólo que se acuerda de mí, sino que, y es mucho más grave,
está enojada, es decir, que se abrasa y por eso habla.

Catulo, Poesías, trad. Antonio Ramírez de Verger, Alianza

sábado, 7 de agosto de 2010

Ana Pérez Cañamares - Buenas intenciones






Tú pones la comida
para los gatos callejeros;
pero no sabes si son las ratas
las que dejan el plato vacío.

Ana Pérez Cañamares, en La manera de recogerse el pelo. Generación Blogger, Bartleby Editores, 2010

Honorat de Racan - Sobre la enfermedad de su amada






Las fiebres de mi Filis recrudecen,
y tal pugnacidad, salta a la vista,
no puede proceder sino del cielo,
celoso de que Filis sea humana.

Su rostro ya ha perdido los colores,
ha perdido la gracia y la grandeza
con que antes sometía voluntades,
pues todo corazón se le entregaba.

¿Es justo que estas llamas mortifiquen
a quien sólo del fuego del amor
debería sufrir la atroz violencia?

Oh dioses que veláis por nuestra vida,
si lo que siento logra conmoveros,
dadle a Filis mi mal, o a mí el de Filis.

Honorat de Racan, en El amor negro. Poesía del Barroco francés, Jorge Gimeno, Pre-Textos


La fievre de Philis tous les jours renouvelle,
Ete voir-on clairement que cette cruauté
Ne peut venir d'ailleurs que du Ciel irrité
Que la terre possede une chose si belle.

Son visage n'a plus sa couleur naturelle,
Il n'a plus ces attraits ny cette majesté
Qui regnoit tellement sur nostre liberté
Qu'il sembloit que les coeurs n'estoient faits que pour elle.

Faut-il que cette ardeur consume nuit et jour
Celle qui d'autre feu que de celuy d'amour
Ne devoit point souffrir l'injuste violence!

O Dieux de qui le soin fait tout pour nostre bien,
Si mon affection touche vostre clemence,
Ou donnez luy mon mal, ou donnez moy le sien.


Fuseli - Pesadilla



Henry Fuseli, La pesadilla (1781)

sábado, 31 de julio de 2010

Shiki - Haiku






Vengan a refrescarse,
espíritus flotantes,
sin pensárselo tanto

Shiki, El libro del haiku, Alberto Silva, Visor

Emily Dickinson - 547






He visto a un Ojo Moribundo
dar vueltas y mas vueltas en un Cuarto -
buscando Algo - parecía -
Luego empezó a nublarse -
y luego - a oscurecer de Niebla -
luego - a cerrarse en soldadura -
sin revelar qué era aquello
que le hubiera salvado, de ser visto -

Emily Dickinson, Poemas a la muerte, traducción de Rubén Martín, Bartleby Editores


I've seen a Dying Eye
Run round and round a Room -
In search of Something - as it seemed -
Then Cloudier become -
And then - obscure with Fog -
And then - be soldered down
Without disclosing what it be
Twere blessed to have seen -

domingo, 25 de julio de 2010

Fernando Zóbel - El Júcar X



Fernando Zóbel, El Júcar X (La piedra del caballo) (1971)

Saint-John Perse - Pájaros






El pájaro, de todos nuestros consanguíneos el de vivir más ardiente, lleva a los confines del día un singular destino. Siendo emigrante, y estando obsesionado por la inflación solar, viaja de noche, por ser los días demasiado cortos para su actividad. En tiempos de luna gris, el color del muérdago de las Galias, puebla con su espectro la profecía de las noches. Y su grito en la noche es el grito de la aurora misma: grito de guerra santa cuerpo a cuerpo.

En la falleba de su ala, la oscilación inmensa de una doble estación; y bajo la curva del vuelo, la curvatura misma de la tierra... La alternación es su ley, la ambigüedad su reino. En el espacio y el tiempo que incuba con un mismo vuelo, su herejía consiste en ser una sola estivación. Es también el escándalo para el pintor y el poeta, ensambladores de estaciones en sus más altos lugares de intersección.

Saint-John Perse, Pájaros y otros poemas
Trad. Manuel Álvarez Ortega, Visor

sábado, 17 de julio de 2010

The brides of Dracula



Terence Fisher, The brides of Dracula (1960)

Álvaro García - El río de agua







(...) En qué valle de instante ya no somos.
Donde el agua se canse empieza el mundo.
Queda lejos ser junio y ser nosotros.
Aquí se desactiva nuestra muerte.
Flotamos entre el agua, no en el tiempo,
y se refugia aquí la eternidad.

Álvaro García, de El río de agua, Pre-Textos

domingo, 11 de julio de 2010

Antonio Moreno - León herido (Bajorrelieve asirio)






Los ojos que te vieron conocían las Furias,
las decapitaciones, los cuerpos troceados,
el grito y la quietud postrera de la espada.

Hallaron en tu sangre la majestad del dios
en donde empieza el río en todo lo visible.

Dijeron en la piedra inerme soledad
con que la vida a todos nos abandona siempre.

Antonio Moreno, Nombres del árbol, Tusquets Editores

domingo, 27 de junio de 2010

Friedrich Nietzsche - De la muerte voluntaria






–Mueren muchos demasiado tarde y algunos mueren demasiado pronto. "¡Morir a tiempo!", es una doctrina que todavía resuena extraña en muchos oídos. Morir a tiempo: he aquí lo que enseña Zaratustra. Cierto es que quien nunca vivió a tiempo no sabría morir a tiempo. ¡Que no nazca nunca!: he aquí lo que yo aconsejaría a los superfluos. Pero, hasta los superfluos se hacen los importantes con su muerte, y hasta la nuez más hueca pretende ser cascada. Todos conceden importancia a la muerte. Pero para ellos la muerte no es todavía una fiesta. Los hombres no saben nada todavía de cómo se consagran las más bellas fiestas. Yo os muestro la muerte que consagra, la muerte que es un aguijón y una promesa para los vivientes. Quien se realiza enteramente muere de su muerte, victorioso, triunfante, rodeado de los que esperan y prometen.

Friedrich Nietzsche, Así hablaba Zaratustra, Edaf, trad. Carlos Vergara

domingo, 20 de junio de 2010

Antonio Lucas - El último horizonte







No nace de la luz este cuerpo. No tiene su invierno en la muerte. No hace surco al andar. No lo conoces. En él no hay trance ni fractura, tan sólo una edad que era mi edad inflamando el aire, o esa percusión sanguínea de lo desposeído, o ese paisaje extremado cuando el amor se pone en pie como un metal irremediable. Debajo de la noche asedia una simiente oscura y allí nos reunimos, en los pueblos sumergidos de la sangre, en las plazas del destierro y del azufre, en los varales del frío, a la orilla de un fuego que se encalma pues de origen ya perdió la eternidad y sólo se presiente puro esmalte de cenizas. Es el otro la de la Estigia y en ella entras junto al cuerpo aquel que fuiste, cayendo el tiempo todo sin palabras. Hermoso el pífano de llanto que os recibe bajo el hambre de los siglos. Escupid ahora el cobre de las bocas, que el cáncer de la usura llega (sobre todo) al último extravío. Tomad de alma la niebla. Despojaos del corazón. Sois una larga madrugada sin hechizo, barro mudo y acordes de temblor. De qué sirve la vida si no es para abonar este camino volcado como el sueño hacia la gloria del abismo.

Antonio Lucas, Los mundos contrarios, Visor

domingo, 13 de junio de 2010







We have had too much consecration,
too little affirmation,

too much: but this, this, this
has been proved heretical,

too little: I know, I feel
the meaning that words hide;

they are anagrams, cryptograms,
little boxes, conditioned

to hatch butterflies...



Hemos recibido demasiados dogmas
y muy pocas garantías,

demasiados: mas no se ha demostrado
lo suficiente que esto, esto, esto

es herejía: sé, y siento
el significado que ocultan las palabras;

son anagramas, criptogramas,
pequeños estuches, adecuados

para incubar mariposas...


Hilda Doolittle, Trilogía, Lumen
Trad. Natalia Carbajosa

miércoles, 9 de junio de 2010

Kaneto Shindo - El gato negro



Kaneto Shindo, El gato negro (1968)

Marcel Schwob - El libro de Monelle






(...) Sé olvidadizo de todo.
Con un punzón acerado te ocuparás de matar pacientemente tus recuerdos, tal como el antiguo emperador mataba las moscas.
No hagas durar tu felicidad por el recuerdo hasta el porvenir.
No te acuerdes y no preveas.
No digas: trabajo para adquirir; trabajo para olvidar. Sé olvidadizo de la adquisición y del trabajo.
Álzate contra todo trabajo; contra toda actividad que exceda el momento, álzate.
Que tu marcha no vaya de un lado a otro; porque no existe tal cosa; pero que cada uno de tus pasos sea una proyección restablecida.
Borrarás con tu pie izquierdo la huella de tu pie derecho.
Desconócete a ti mismo.
No te preocupes por tu libertad: olvídate de ti mismo.

Y Monelle dijo: Te hablaré de mis palabras.

Las palabras son palabras mientras son dichas.
Las palabras conservadas están muertas y producen pestilencia.
Escucha mis palabras habladas y no actúes de acuerdo con mis palabras escritas.

Después de hablar así en el páramo, Monelle calló y se puso triste: porque debía sumirse otra vez en la noche.

Y de lejos me dijo: Olvídame y te seré restituida.

Miré por la planicie, y vi alzarse a las hermanas de Monelle.

Marcel Schwob, El libro de Monelle

http://bibliotecaignoria.blogspot.com/

lunes, 31 de mayo de 2010

Idea Vilariño


Alzar los ojos
al misterio abismal de las estrella
que será a no dudarlo
algo tan sucio
tan mezquino y tan sucio
como esto.

Idea Vilariño, Poesía completa, Lumen

viernes, 21 de mayo de 2010

E poi si alzò - José-Miguel Ullán







Acaso Dios se mueva a destiempo
entre almenas, morada
idea,

y no te pille propicia, carne,
para cortarte

el reflejo de la respiración.

José-Miguel Ullán, Ondulaciones (1968-2007), Galaxia Gutenberg

domingo, 16 de mayo de 2010

Sin novedad en el frente (1930)



Sin novedad en el frente. All quiet on the western front (1930), Lewis Milestone

sábado, 8 de mayo de 2010

Roberto Juarroz






Una escritura que soporte la intemperie,
que se pueda leer bajo el sol o la lluvia,
bajo el grito o la noche,
bajo el tiempo desnudo.

Una escritura que soporte lo infinito,
las grietas que se reparten como el polen,
la lectura sin piedad de los dioses,
la lectura iletrada del desierto.

Una escritura que resista
la intemperie total.
Una escritura que se pueda leer
hasta en la muerte.

Roberto Juarroz, Poesía vertical, Visor

domingo, 25 de abril de 2010

Ted Hughes - El jaguar






The apes yawn and adore their fleas in the sun.
The parrots shiek as if they were on fire, or strut
Like cheap tarts to attract the stroller with the nut.
Fatigue with indolence, tiguer and lion

Lie still as the sun. The boa-constrictor's coil
Is a fossil. Cage after cage seems empty, or
Stinks of sleepers from the breathing straw.
It might be painted on a nursery wall.

But who runs like the rest past hese arrives
At a cage where the crowd stands, stares, mesmerized,
As a child at a dream, at a jaguar hurrying enraged
Through prison darness afther the drills of his eyes

On a short fierce fuse. Not in boredom -
The eye satisfied to be blind in fire,
By the bang of blood in the brain deaf the car -
He spins from the bars, but there's no cage to him

More that to the visionary his cell:
His stride is wildernesses of freedom:
The world rolls under the long thrust of his heel.
Over the cage fllor the horizons come.

Hughes Ted, El azor y el páramo, trad. Xoán Abeleira, Bartleby Ediciones


Los monos bostezan y adoran sus pulgas bajo el sol.
Los loros chillan como si ardiesesn, o se contonean
Como fulanas para que el paseante les dé una nuez.
Cansados de pura indolencia, el tigre y el león

Yacen quietos como el sol. La cola de la boa es un fósil.
Una tras otra, las jaulas parecen vacías, o bien
Cargadas del hedor que rezuma la paja de los que duermen.
Una escena ideal para decorar la pared de una guardería.

Pero, una vez pasadas éstas, quien corre como los demás llega
A otra jaula donde la multitud se detiene, observa hipnotizada,
Igual que un niño un sueño, un jaguar circulando rabioso
Por la oscuridad de su prisión, taladrándola con sus ojos.

A punto de estallar. No aburrido -
La mirada satisfecha de que el ardor la ciegue,
Los oídos ensordecidos por el estruendo de la sangre en su cerebro -
Gira junto a los barrotes, aunque no hay jaula que pueda con él

Como no hay celda que aprese al visionario:
Su zancada es el páramo de la libertad:
El mundo rueda bajo el largo impulso de su talón
Que allega los horizontes al suelo de su jaula.

sábado, 17 de abril de 2010

Mark Strand - Un trozo de la tormenta







For Sharon Horvath

From the shadow of domes in the city of domes,
A snowflake, a blizzard of one, weightless, entered your room
And made its way to the arm of the chair shere you, looking up
Form your book, saw it the moment it landed. That's all
There was to it. No more than a solemn waking
To brevity, to the lifting and falling away of attention, swiftly,
A time between times, a flowerless funeral. No mere than that
Except for the feeling that this piece of the storm,
Wich turned into nothing before your eyes, would come back,
That someone years hence, sitting as you are now, might say:
"It's time. The air is ready. The sky has an opening."


Desde la sombra de las cúpulas en la ciudad de las cúpulas,
Un copo de nieve, una tormenta de uno, ingrávido, entró en tu habitación
Y se abrió camino hasta el brazo del sillón donde tú, al levantar la mirada
Del libro, lo viste cuando aterrizó. Eso fue
Lo que ocurrió. Nada más que un solemne despertar
A la brevedad, al subir y bajar de la atención, rápidamente,
Un tiempo entre tiempos, un funeral sin flores. Nada más que eso
Excepto por la sensación de que este trozo de tormenta,
Que se convirtió en nada ante tus ojos, volverá;
Que alguien dentro de muchos años, sentado como tú ahora, dirá:
"Ha llegado la hora. El aire está preparado. Hay un claro en el cielo".


Mark Strand, Tormenta de uno. Poemas, Visor

Jaime Gil de Biedma - Retrato del artista






María Zambrano, que estuvo tres años tuberculosa, me felicita y dice que siempre creyó en mi buena estrella. Yo empiezo a creer. Es una lástima que el descubrimiento de los antibióticos me haya recortado este período de vida ancha y larga hasta dejármelo en tres meses. ¿Imaginas qué cosas uno debe llegar a hacer, siguiendo esta vida tres años? Yo creo que para los poetas antiguos tener un mecenas era seguramente algo así.


Jaime Gil de Biedma, Retrato del artista en 1956, Poesía y prosa, Galaxia Gutenberg

sábado, 10 de abril de 2010

Milan Rúfus - Destino






La cabeza vendada
de Guillaume Apollinarie
inventa un poema.
Olvidados del cuerpo
te seguíamos, destino.
Y la espina en la planta del pie
no la sentíamos. El callo en la palma de la mano
formaba parte de ella como un sexto dedo, y sin él
no era nuestra.

Así se enrosca el cuerpo,
se adapta. Como una herradura
nos doblan a medida
de lo inaprensible.

Y nosotros lo pedimos.
August Renoir
se amarra al pincel:
un instante más, Señor,
átanos aunque sea a la cola
del caballo de Troya.

Milan Rúfus, de Campanas, trad. Alejandro Hermida, La Poesía, señor hidalgo

domingo, 4 de abril de 2010

Edmond Jabès






Il y a, en nous, une parole plus forte que toutes les autres -plus personnelle aussi.
Parole de solitude et de certitude, si enfouie dans sa nuit, qu'elle est à peine audible à soi-même.
Parole du refus mais, également, de l'engagement absolu, forgeant ses liens de silence dans l'abyssale silence du lien.
Cette parole ne se partage pas. Elle s'immole.



Muy pronto me encontré ante lo incomprensible, lo impensable, la muerte.
Desde ese instante supe que nada, aquí abajo, era compartible, porque nada nos pertenece...

Hay en nosotros una palabra más fuerte que todas las demás -más personal también.
Palabra de soledad y de certeza, tan sumergida en su noche que apenas a sí misma se hace audible.
Palabra del rechazo pero, igualmente, del compromiso absoluto, que forja sus vínculos de silencio en el silencio abisal del vínculo.
Esa palabra no se comparte. Se inmola.

Edmond Jabès, de Cuaderno de versiones, trad. José Ángel Valente, Galaxia Gutenberg

Alicia en el país de las maravillas



Cecil Hepworth y Percy Stow, Alicia en el país de las maravillas (1903)

sábado, 27 de marzo de 2010

Le locataire (El quimérico inquilino) - Roman Polanski



Roman Polanski, Le locataire (1976)

Fahrenheit 451






Mientras andaban, Montag fue escrutando un rostro tras de otro.
-No juzgue un libro por su sobrecubierta -dijo alguien.
Y todos rieron silenciosamente, mientras se movían río abajo.




Ray Bradbury, Fahrenheit 451, Plaza & Janés

sábado, 20 de marzo de 2010

' Antara - La muerte, la aguada






El tiempo ha pasado sobre los restos del campamento
entre al-Lakin y al-Harmal.
Me detuve en su recinto, perplejo, interrogando a las moradas
como hacen los que no han olvidado.
Abandonadas por sus habitantes,
con ellas han jugado las lluvias y los vientos destructores
y en los rincones ennegrecidos ha crecido la yerba.
Son tus lágrimas las que resbalan sobre el palanquín
o es el llanto de una paloma en la enramada?

Ella se precipitó al hacerme temer la muerte
como si la muerte pudiera no alcanzarme.
Y le contesté: la muerte es una aguada
en la que acabaremos todos por beber.
Guarda tu temor. No te diré que no,
pero debes saber que soy un hombre
que morirá si un día no le matan.

'Antara, de La poesía árabe clásica, trad. Josefina Veglison Elías de Molins, Hiperión

sábado, 13 de marzo de 2010

Robert Walser - Jakob von Gunten






Yo, por ejemplo, estoy convencido de que Peter cosechará éxitos francamente escandalosos en la vida, y, cosa extraña, se los deseo. Más aún: tengo la sensación -una sensación muy confortable, punzante y placentera- de que algún día me tocará en suerte un amo, un patrón o un jefe igual a ese futuro Peter, pues los tontos como él están hechos para llegar lejos, para escalar, vivir bien y mandar, mientras que quienes, como yo, son en cierto sentido inteligentes, han de tolerar que sus propios talentos florezcan y se marchiten al servicio de otros. Yo, yo seré algo muy humilde y pequeño. La intuición que me lo dice tiene valor de hecho consumado e intangible. Dios mío, ¿cómo es que aún conservo tantísimo valor para vivir? ¿Qué me pasa? A menudo siento miedo de mí mismo, pero me dura poco. No, no; confío en mí. Aunque ¿no es esto francamente divertido?

Robert Walser, Jakob von Gunten, Siruela

sábado, 6 de marzo de 2010

Muerte de don Beltrán






En los campos de Alventosa
mataron a don Beltrán,
nunca lo echaron de menos
hasta los puertos pasar.
Siete veces echan suertes
quién lo volverá a buscar,
todas siete le cupieron
al buen viejo de su padre;
las tres fueron por malicia
y las cuatro por maldad.
Vuelve riendas al caballo
y vuélveselo a buscar,
de noche por el camino,
de día por jaral.
Por la matanza va el viejo,
por la matanza adelante;
los brazos lleva cansados
de los muertos rodear,
no hallaba al que busca,
ni menos la su señal;
vido todos los franceses
y no vido a don Beltrán.
Maldiciendo iba el vino,
maldiciendo iba el pan,
el que comían los moros,
que no el de la cristiandad;
maldiciendo iba el árbol
que solo en el campo nace,
que todas las aves del cielo
allí se vienen a asentar,
que ni de rama ni de hoja
no le dejaban gozar;
maldiciendo iba el caballero
que cabalgaba sin paje:
si se le cae la lanza
no tiene quien se la alce,
y si se le cae la espuela
no tiene quién se la calce;
maldiciendo iba la mujer
que tan sólo un hijo para:
si enemigos se lo matan
no tiene quién lo vengar.
A la entrada de un puerto,
saliendo de un arenal,
vido en esto estar un moro
que velaba en un adarve;
hablole en algarabía,
como aquel que bien la sabe:
-Por Dios te ruego, el moro,
me digas una verdad:
caballero de armas blancas
si lo viste acá pasar,
y si tú lo tienes preso,
a oro te lo pesarán,
y si tú lo tienes muerto
désmelo para enterrar,
pues que el cuerpo sin el alma
sólo un dinero no vale.
-Ese caballero, amigo,
dime tú qué señas trae.
-Blancas armas son las suyas
y el caballero es alazán,
en el carrillo derecho
él tenía una señal,
que siendo niño pequeño
se la hizo un gavilán.
-Aquel caballero, amigo,
muerto está en aquel pradal;
las piernas tiene en el agua,
y el cuerpo en el arenal;
siete lanzadas tenía
desde el hombro al carcañal
y otras tanta el caballo
desde la chincha al pretal.
No le des culpa al caballo,
que no se la puedes dar,
siete veces lo sacó
sin herida y sin señal,
y otras tantas lo volvió
con ganas de pelear.

Romancero, edición de Alejandro González Segura, Alianza Editorial

Fat city - John Huston



John Huston, Fat city (1972)

viernes, 26 de febrero de 2010

In the mood for love - Wong Kar-Wai



Wong Kar-Wai, In the mood for love (Deseando amar), 2000

Peire Vidal - Había dejado de cantar - Razó






Peire Vidal se apenó mucho y se entregó a gran tristeza por la muerte del buen conde Raimon de Tolosa. Y se vistió de negro y cortó las colas y las orejas a todos sus caballos, y a sí mismo y a todos sus servidores hizo afeitar los cabellos de la cabeza, pero no se hicieron cortar las barbas ni las uñas. Mucho tiempo fue a guisa de hombre loco y doliente(...) Y él amaba a la Loba de Puegnautier y a mi señora Estefanía, que era de Cerdaña (...) La Loba era de Carcasés, y Peire Vidal se hacía llamar Lobo por ella y llevaba armas de lobo. Y en la montaña de Cabaret se hizo perseguir por los pastores con los mastines y con los lebreles, como se hace con el lobo. Y se vistió una piel de lobo para dar a entender a los pastores y a los perros que él era lobo(...)

Peire Vidal, de La poesía de los trovadores, Martín de Riquer e Isabel de Riquer, Es
pasa

sábado, 20 de febrero de 2010

Ibn al-Rumi - Coincidencia






Mi ojo, cuando miras, es el talón de Aquiles de tu ojo
y tu mirada es la flecha mortal.
Lo asombroso es que signifique lo mismo
en ti flecha y en mí talón.

Ibn al-Rumi, de La poesía árabe clásica, Hiperión
Trad. Josefina Veglison Elías de Molins

Henri Michaux - Costumbres de los dioses







Allá los dioses todavía acostumbran respetar el pacto que los une a la tierra.
Desdichado el hombre impulsivo, interesado o cruel que no pudo resistir la tentación de matar una criatura del bosque.
Cuando el animal es aniquilado, los dioses piadosos le conceden el don del habla a los suyos a fin de que puedan acusar al asesino y sostener la acusación durante el juicio.
Por cierto, el cazador no escapará fácilmente -pues cada animal tiene una familia numerosa y todos hablarán.
Tras el juicio, los animales pierden el habla y se dispesan con sencillez.

Henri Michaux, Antología poética 1927-1986, Adriana Hidalgo editora
Trad. Silvio Mattoni

sábado, 13 de febrero de 2010

Henri Michaux







Los funerales tendrían que ser en los pantanos. Parece justo que los vivos que acompañan al muerto también lo pasen mal.


Henri Michaux, citado en La casa roja, Juan Carlos Mestre